La Iglesia Católica habló: “el demonio es el testigo falso”
Sobre la condena del cura Von Wernich
Por Fortunato Mallimaci, Sociólogo de la religión UBA/Conicet. Miembro del Centro Nueva Tierra
Antes de conocer oficialmente su condena, se le concedió la palabra. Y habló. Habló como cura, pronunció un sermón: “Hay algo muy importante que quita esa paz en el corazón del hombre, es el pecado. Entonces Jesucristo le dice a los hombres, vayan y perdonen los pecados… Le da a un hombre el poder, la potestad, y la autoridad para perdonar pecados. Ese poder, esa potestad, esa autoridad, a lo largo de toda la historia de la iglesia… lo recibimos nosotros que somos los sacerdotes en algo que llamamos sacramento de la confesión… Este es el punto clave. El hombre que quiere reconciliarse con el hombre y con Dios necesita paz, si no tiene paz va a obrar por un corazón herido… Tenemos paz, podemos reconciliarnos. No tenemos paz, no nos vamos a reconciliar nunca. Pero, ¿quién quita la paz?”
El sacerdote Von Wernich al final habló. La Iglesia católica al final habló. Confiado, seguro, soberbio, altanero, miró al tribunal, miró a la cámara y pidió diez minutos. Miró también fijo al crucifijo que presidía la sala (¿hasta cuándo será un salón sacro un tribunal de Justicia?) y habló, explícito, en su condición de sacerdote católico.
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