
La ausencia de política ambiental en la Argentina acaba de ser constatada en la más cruda realidad, con la victoria conseguida por Shell, empresa que consiguió comprar el pueblo de Magdalena para obtener –por una suma insignificante para semejante petrolera- la amnistía a su culpa ineludible por el daño ecológico provocado por el derrame de petróleo de 1999.
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