
Los crímenes contra la humanidad que cometió el Estado argentino, hace unas pocas décadas cuando se apellidó genocida, tuvo aliados e instigadores foráneos. No fue el fantasma que una vez, dicen, recorrió Europa, fue la gran potencia capitalista que quiso imponer un nuevo modelo a como diera lugar, el genocidio argentino estuvo íntimamente vinculado a los designios del poder real de las corporaciones monopólicas e imperialistas de Estados Unidos.
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