Desde hace más de diez años los habitantes de Carlos Casares, Nueve de Julio y Pehuajó reciben un suministro de agua corriente con valores de arsénico muy superiores a los permitidos. Mientras tanto, la gente que no puede pagar los bidones de agua “potabilizada” que se venden cada vez más desde que se supo el asunto, está condenada a consumir veneno a corto o largo plazo. Recientemente también se ha descubierto la presencia de vanadio en el agua que expende ABSA (Aguas Bonaerenses S.A.).
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